El costo de la mala calidad es
quizá, para muchas organizaciones, uno de los primeros objetivos a trabajar,
desde el punto de vista de la mejora de los procesos y de la gestión financiera
en sí. Acometer proyectos dirigidos a aprovechar las innumerables oportunidades
de mejora (y de ahorro) no siempre es fácil y requiere de mucho compromiso y
disciplina, tanto en su ejecución como en su mantenimiento en el tiempo. Es
posible, en términos generales y dependiendo del tipo de organización.
¿Qué efecto puede tener una producción de mala calidad para su empresa?
Consecuencias como: volver a hacer
el trabajo, rechazo por parte de producción, devoluciones por parte del
cliente, desperdicio de recursos, reuniones, envíos, costos de viaje, son solo
algunos puntos que afectan por falta de control de calidad.
El Costo de la Mala Calidad lo podemos definir como:
"Todos aquellos que hacen
disminuir la productividad de una empresa, debido principalmente al
incumplimiento de los requisitos que se establecen para las diferentes
actividades".
Para poder disminuir el costo de la mala calidad es necesario clasificar
los costos:
- § Costos de Prevención
- § Costos de Evaluación
- § Costos de Falla Interna
- § Costos de Falla Externa
En un estudio de los '90 de
Atkinson, Hamburg e Ittner a más de 30 empresas estadounidenses con el
propósito de determinar las prácticas de la calidad con mayor impacto positivo,
se determinó que el éxito fue impulsado principalmente por la eliminación de
dos tipos de pérdidas: actividades que tienen un costo pero que no agregan
valor y desperdicio de recursos.
Así, estas empresas han sido capaces
de liberar recursos escasos usados en actividades que no agregan valor para
desplegarlos en actividades que sí lo hacen, mejorando la productividad,
rentabilidad y competitividad. Para establecer una relación directa entre la
calidad y un desempeño mejorado, las empresas deben tener la capacidad de
definir, identificar y cuantificar las pérdidas producidas por la mala calidad.
Es necesario construir un consenso en toda la organización sobre la definición
de actividades que no agregan valor (ejemplo: transporte en una obra de
construcción, inventarios, trabajos rehechos, viajes innecesarios, etc). Con
esto se logrará al mismo tiempo, una mayor satisfacción del cliente y un mejor
desempeño como consecuencias naturales del proceso de mejoramiento de la
calidad.
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